29/9/14

Dear Diary 10

"Chica soñadora encerrada en una habitación de hospital."


Querido diario:
¿Puedes creer esto? Tengo que dictar lo que quiero escribir en ti porque yo misma no puedo hacerlo, mis brazos están retenidos con fuerza contra mi torso por culpa de una maldita  camisa de fuerza. Hay un chico llamado Bruce que me esta haciendo el favor de escribir en mi lugar, es muy amable y muchas veces me dirige miradas llenas de amor (¿puedes creer posible que dentro de estas blancas y pueriles  paredes pueda existir algo tan exótico llamado amor?)  puedo ver como se sonroja en este momento mientras escribe en ti, el suave rosa tomando cada vez mas intensidad a medida que voy dictándole todas estas
palabras.

Pero estoy perdiendo la cordura, me trajeron aquí por algo que no fue culpa mía, no es justo, es por un secreto tan importante y vital que tuve que prometer no contar, ni siquiera a ti.

No estoy loca. No estoy loca. No estoy loca.

Es tan difícil no perder la cordura, si no fuera por los viajes que hago cuando recuerdo las historias que solía leer cuando aun estaba en casa no lograría sobrevivir a tanta retención, tomaron mi soñador corazón y le pusieron una mordaza con una camisa de fuerza mas pequeña que la mía, pero mucho mas ajustada. Mi mente divaga, pues sin mi corazón guiándolo ella no sabe que hacer, que pensar, que movimientos ordenarle a mi cuerpo que haga. 

Ya no les grito que no estoy loca, pues es verdad lo que dicen: entre mas digas que no estas loca, mas loca te creerán. Yo diría que los locos son ellos, son crueles y despiadados, disfrutan de las cascaras vacías que crean en este lúgubre lugar. Puedo sentir las esperanzas muertas que antes habitaban los corazones antiguamente libres de las personas que aquí residen. Y lo peor de todo es que temo que mi corazón se vuelva igual al de ellos: una deprimente imagen de lo que antes era. Ya no puedo seguir mas, no puedo aguantar. Mis padres cuando vienen a visitarme me ven como si miraran a una rara desconocida con la cual se quieren deshacer desesperadamente, los oí hablar de las terapias de electro-shock...diario mio, fiel amigo, se que no sobreviviré a ellas, ni siquiera a la primera sesión.

Mi alma desesperada gritaba misericordia, gritando que la liberaran, y esta terapia de alguna forma responde a su llamado, porque ya no tendrá un cuerpo que la encarcele nunca mas. Desearía que las cosas fueran de otra manera, haber conocido a este joven enfermero de ojos azules de otra forma, que yo solo hubiera estado paseando por la ciudad y sin querer nos habríamos tropezado y al mirarnos a los ojos ¡boom! amor a primera vista tal y como ocurrió aquí, pero las cosas no son diferentes, nos conocimos en esta jaula maldita, sintiendo como el amor que pudo haber sido jamas sera. Es duro, mas de lo que piensas, incluso yo estoy sintiendo como lagrimas se deslizan por mis mejillas hasta caer al suelo.
También puedo ver sus lagrimas,  la forma en como se derraman por sus propias mejillas y después caen en ti, mojando tus paginas. Pero no me importa, al fin puedo ver un sentimiento vivo, y estoy  orgullosa de que tu seas testigo de esto.

El sigue escribiendo por mi, y yo estoy anonada viendo como sus labios tiemblan deseando pronunciar las palabras que se quedaran atrapadas en ellos. El no dice nada, pero no es necesario, yo se lo que quiere decir. Lo se perfectamente, pero solo el y yo compartiremos ese secreto.

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